Guelaguetza
¡Ven y celebra con nosotros esta máxima fiesta!
Herederos de una poderosa cultura multiétnica que atrae por su autenticidad, Oaxaca es un gran mosaico étnico y cultural que se expresa en múltiples lenguajes, danzas, cantos, vestidos y costumbres que gran diversidad.
Su identidad y valores cobran vigencia en las festividades que son fiestas llenas de misticismo, alegría y vigoroso colorido que se llevan a cabo con verdadero entusiasmo por los oaxaqueños.
Durante todo el año se celebran innumerables festividades, destacan entre muchas otras por su color, musica y tradición, La Guelaguetza, las fiestas de los fieles difuntos y la noche de rábanos.
Entre el primer lunes y su octava se tienen lugar diversas actividades tales como muestras gastronómicas y artesanales y representaciones costumbristas de las más diversas comunidades del estado, así como exposiciones, conciertos y otra serie de eventos de trascendencia cultural organizada por las instituciones que difunden la cultura de Oaxaca en todas sus manifestaciones.
Por más de 40 años, tradicionalmente las “Fiestas de los Lunes del Cerro” se celebran en la Cd. de Oaxaca, los dos lunes siguientes al 16 de julio.
Los orígenes
Al parecer, esta fiestas tiene su origen en la época colonial y están relacionadas con la llamada fiesta de Corpus de la Iglesia del Carmen Alto, templo que las Carmelitas construyeron en las faldas de un cerro al que los zapotecas habían llamado de la Bella Vista, y se celebraba el domingo siguiente al 16 de julio y se repetía ocho días después en la llamada “octava”.
A estas festividades, pronto se agrego el entusiasmo de los indígenas residentes en los pueblos que circundaban la ciudad, particularmente los de “Guaxaca”, que era la capital del Marquesado del Valle concedido a Hernán Cortés por el rey de España, y el Xochimilco, que había sido fundado en 1521, por órdenes del propio Hernán Cortés, al norte de la mencionada ciudad. Ellos, mantenían sus propias tradiciones, segun las cuáles, celebraban una festividad dedicada a Centéotl, diosa del maíz tierno o elote, a quin hacían grandes honores y ofrendas.
La inevitable interrelación entre los grupos y el empeño de los evangelizadores para hacer aceptable la imposición de los ritos católicos, hizo posible el fomento de un culto en el que se incorporaron elementos de la tradición indígena, haciendo más festivos y espectaculares los actos litúrgicos externos, desde el momento en que indios, negros y españoles empezaron a convivir más intensamente.